
En los últimos años, la investigación sobre la neuroinflamación ha cobrado gran relevancia, especialmente en el campo del dolor, la enfermedad neurodegenerativa y las alteraciones neurológicas.
Cuando hablamos de neuroinflamación, nos referimos a la inflamación dentro del sistema nervioso central (SNC), que incluye tanto el cerebro como la médula espinal. Este proceso inflamatorio no sólo puede afectar a la percepción del dolor, sino también tiene un impacto significativo en los mecanismos de neuroplasticidad: la capacidad del cerebro para reorganizar sus circuitos neuronales en respuesta a experiencias y lesiones.
Este artículo explora cómo la inflamación central influye en la neuroplasticidad, y cómo estos dos factores interactúan potencialmente en condiciones como el dolor crónico o contribuyendo a procesos patológicos a largo plazo.
Neuroinflamación: Un proceso silencioso
La neuroinflamación es una respuesta del sistema inmune que ocurre cuando hay daño neuronal o una infección. A pesar de su papel protector en situaciones de daño, la inflamación en el SNC se vuelve un problema mayor cuando se torna crónica porque provoca cambios que pueden alterar el funcionamiento normal del organismo en general,
En condiciones de dolor persistente (crónico), la neuroinflamación mantenida puede alterar el proceso de re-aprendizaje (neuroplasticidad). En esa situación, el organismo se verá limitado para recuperar su homeostasis.
Neuroplasticidad: La reorganización neuronal
La neuroplasticidad es el fenómeno que permite al cerebro adaptarse a nuevas experiencias, aprender habilidades, y en algunos casos, recuperarse de lesiones. A través de la neuroplasticidad, las neuronas pueden formar nuevas conexiones, fortalecer las existentes y, en casos extremos (de lesión), incluso reconfigurar el funcionamiento de áreas completas del cerebro.
En su mayoría, la neuroplasticidad es un proceso beneficioso que ayuda a la reparación y optimización del cerebro. Sin embargo, cuando la neuroinflamación interfiere, este proceso puede tomar un giro negativo. En lugar de promover la recuperación y la adaptación positiva, la neuroplasticidad se vuelve desadaptativa y puede favorecer la cronicidad del dolor o el empeoramiento de otras condiciones neurológicas.
Plasticidad positiva vs negativa
- Plasticidad positiva: Es el proceso que favorece la recuperación de funciones perdidas o la adaptación a nuevos desafíos. Por ejemplo, después de una lesión, el cerebro puede formar nuevas conexiones neuronales que mejoren la función en áreas afectadas.
- Plasticidad negativa: Es la alteración o mal adaptación de los circuitos neuronales. En el contexto del dolor persistente, la inflamación central puede perpetuar la condición dolorosa.
Influencia de la inflamación central en la plasticidad
Cuando la inflamación central se mantiene de manera persistente, los efectos sobre la neuroplasticidad pueden verse condicionados. Aquí es donde entran en juego mecanismos como la modificación de la excitabilidad neuronal y la alteración de los procesos inhibitorios y neuromoduladores que normalmente controlarían el procesamiento de las señales nocivas.
¿Cómo afecta la neuroinflamación en la neuroplasticidad?
- Alteración de la corteza sensorial y motora: La neuroinflamación persistente puede inducir cambios estructurales en áreas del cerebro responsables de la percepción sensorial y el movimiento. La corteza somatosensoria, que procesa las señales nociceptivas, puede volverse menos eficiente, lo que hace que las personas con dolor experimenten una mayor percepción de incomodidad incluso con estímulos no peligrosos. .
- Desregulación de la inhibición intracortical: La inflamación central también Interfiere en los mecanismos de inhibición neuronal, que normalmente moderan la actividad en las áreas que están involucradas en el dolor. Como resultado, la excitabilidad neuronal se ve alterada.
- Refuerzo de la actividad cortico-espinal: En algunos casos, la inflamación puede alterar la excitabilidad cortico -espinal, que es la capacidad del sistema nervioso para transmitir señales desde el córtex motor al músculo efector. Esto no sólo afecta al movimiento (output motor) sino también a la forma en que el cerebro procesa las señales propioceptivas.
Implicaciones clínicas: Abordaje de la neuroinflamación
Terapias físicas y neuromodulación: Enfoques como la estimulación magnética transcraneal (TMS) y la estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS) se están investigando para tratar la neuroinflamación y fomentar la neuro-plasticidad adaptativa.
Ejercicio físico: El ejercicio moderado se ha demostrado que reduce la inflamación central, favoreciendo la neuroplasticidad positiva. Programas de rehabilitación neurológica también están siendo utilizados para promover la reorganización de las redes neuronales y reducir la cronicidad del dolor.
Conclusión
La relación entre la neuroinflamación y la neuroplasticidad es un área crítica en la investigación del dolor persistente y las enfermedades neurológicas. Si bien la neuroplasticidad es un proceso beneficioso que permite al cerebro adaptarse, la inflamación central persistente puede desregular este proceso, perpetuando el dolor y empeorando otras condiciones neurológicas. La comprensión de cómo la inflamación central afecta a estos procesos abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Hola, Soy Marc Vives
Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
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